¡En un mundo encantado!

Había un vez, un Juhevita, que había sido agraciado por todos los Dioses de un Universo paralelo, agentes del tiempo y del espacio, sabios ancestrales, seres que nunca habían sido hombres, pusieron su atención en Juhevita, lo consagraron rey de la Fanga, un planeta con agua, tierra, aire, fuego,y una piedra sagrada, representante del amor entre los Juhevitas. Los Dioses, como buenos vigilantes de esos dones, paseaban entre la construcción de realidades de los Juhevitas y verificaban que las enseñanzas dadas, fueran transmitidas de generaciones en generaciones. Sorprendidos descubrieron que los Juhevitas habían desarrollado habilidades, más dones que no fueron consagrados, ni otorgados, sino se habían convertido en grandes divinidades. Sin embargo, este Juhevita fue superado por muchos como los suyos, en espíritu, en materia y en conocimientos, los sucesores determinaron no seguir más los pasos del Gran Juhevita, pues habían adquirido dones parecidos a los grandes Dioses del Universo paralelo.

Construyeron grandes cosas, lugares donde vivir, en los cuales convivir, generaron un Sistema de Cosas, extraordinario, regido todo por leyes, por estatutos, acuerdos, generados por la Gran Sabiduría, habían perfeccionado, en su propia cosmovisión su propia perfectibilidad. Utilizaron cuando encontraron en su Fanga para hacerse Grandes Hombres y Grandes Mujeres Juhevitas... tal vez pasaron años, milenios, siglos, a lo mejor, meses, quizá algunos dias, incluso algunos minutos, para los grandes Dioses, que aquellos dones, sólo se transformaron en historia, ya no era necesario seguir de cerca a todos estos Juhevitas, parecía todo en gran orden, gran perfectibilidad, funcionaba todo metódicamente, con ritmos acompasados, hasta las luces que destellaban afueran de la Fanga, parecía una melodía, letras musicales...pero, todo parecía, destellos de luces, aglomeraban, colores nunca antes vistos, complejas ideas se convirtieron en realidades, todo, como si fuera una gran masa con luces artificiales...así, casi inmemoriable, los tiempos dejaron de ser tiempos, pocos hablaban de su historia, pocos conocían de dónde venían, muchos inventaban más historias, cuentos mágicos que perdían esencia con el pasar de los tiempos, cumpliendo cada vez más, sólo un Gran Afán, seguir experimentándose como Juhevitas en esta Fanga. Todos los demás seres habitantes de la Fanga se convirtieron en objetos manipulables, comerciables, reproducibles, pues ninguna especie hablabla el mismo idioma, otros, su comunicación era primitiva, binaria, sonidos únicos, decían más de todas las palabras que pudieran escribir todos los libros de la Fanga en conjunto.

Se confundían, cada uno escribía su propia historia, en algún rincón, en algún lugar, por algún Norte o algún Sur de la Fanga, y sólo un conjunto de especies, todas con diferentes niveles de sonido, guardaban ese Gran Registro, pues se respiraba en el aire, se sentía en la tierra, se transformaba en el fuego, se saboreaba con el agua, que sus tiempos tal vez terminarían, porque la Fanga había construido su propio lenguaje, el cual no era audible, tampoco era visible, no era comprensible, y mucho menos admisible para los Jehovitas, que estaban acostumbrados a manipular a la Fanga a sus necesidades, siempre justificadas.

Así todas las demás especies, sólo dejaban interpretar frente a los Jehovitas, que pelearían por su espacio en la Fanga, lucharían hasta el último suspiro, pero...JAMÁS SE AFERRARÍAN A LA VIDA QUE NO ES VIDA, SINO TORMENTO DE SUPERVIVENCIA...

Aquellos Dioses del Universo paralelo, mandaron señales a los Jehovitas, porque habían cambiado el rumbo de sus existencias, ante sus ojos, parecían rumbos de exterminio, de muerte, más los Jehovitas, encontraban respuesta a esas señales, mismas que traducían en mentes más brillantes, dispuestas a gobernar más mentes, a seguir creyendo que las especies en protesta trataban de confundirlos en sus múltiples creencias de su ávida y brillante cosmovisión de la Fanga...sus mensajes fueron mal entendidos...

No había más que esperar...todos esperaron y mientras esperaban, seguían soltando, aprendiendo a sobrevivir, a dejar de defender algo que ya no era suyo, otros tantos, aprendieron a ignorar, a conformarse, a simplemente pararse en el pensamiento, a seguir el camino trazado por aquellas mentes brillantes.

Todos buscaban una esperanza muerta, pues el caos fue SU REALIDAD, y no había por dónde empezar a pensar, ni por dónde empezar a "actuar", más en cada corazón, la muerte encontraba su consumación, parecía la mejor solución... Mientras que otros, hacían congregaciones, creaban filosofías, predicaban discursos a favor de la Fanga, hacían grandes reuniones, intentando revivir la esperanza...Y sus tiempos llegaron...llegaron...

FIN DEL CUENTO

Para aquellos autores de grandes textos, para aquellos inventores de grandes publicaciones, sólo me queda decirles, estamos en este barco, inmumerables especies, y sin una los demás no tenemos el mismo sentido, este barco será nuestro el día que hagamos algo por él, el día que reparemos los agujeros, que han hecho otros, el día que dejemos de culpar a los demás por lo que vemos, el día que nos hagamos responsables de lo que nos toca, el día que soltemos el arma y mejor oremos a sanar nuestras frustraciones, el día que cambiemos nuestra mentalidad sobre la vida, el día que tengamos el coraje de decir estupideces y hágamos huella positiva en este Mundo que tenemos, no importando si fue Dios o el Diablo quien nos puso aquí, el día que dejemos de crear filosofías para pelearnos entre nosotros por una razón sin razón, el día que dejemos de sostener "ESTA REALIDAD", que deja dolor, humillación, coraje y pesadez. Ese día ESTA TIERRA SERÁ NUESTRA, mientras no aprendamos que los títulos de nobleza que hayamos adquirido, no nos valdrá de nada, el día que el agua del mar suba, e inunde nuestras casas, y esos papeles sólo queden en la memoria de cada quien, el día que nuestras casas desaparezcan, el día que no haya alimento que comer y tengamos todo el dinero del mundo para comprar...ese día ESTA TIERRA SERÁ NUESTRA.

Gracias

Ross