domingo, 13 de marzo de 2011

¿Hoy es lo que pienso que soy?

Como cada mañana, siempre el sol ilumina mi casa, sus rayos entran por la ventana y la cortina le impide el completo paso, pero su calor, no se hace esperar, de ninguna manera, su presencia no se puede evitar. Su tibieza le da confort a mi garganta, a mi cuerpo, me hace sentir segura, no hay más sombras, no más presencias extrañas que parecen trabajar durante la noche. Su resplandor me impresiona, su potencialidad también, me deja perpleja cada vez que deseo pensar en sus dimensiones, puede hacer de un momento el más relajado y hermoso paisaje, como también puede hacer de un momento el más caótico y amenazador quemando todo lo que a su paso encuentre y... en esta forma tan particular de describir al sol, me doy cuenta de que es como un astro distinto a mí, ¿tendrá corazón, habrá alguna especie de sangre en su cuerpo, cómo pensará si es que piensa, se esforzará en distinguirme cuando abro la ventana o corro la cortina, lamentará tanto como yo la muerte de alguien? ... ¿Y qué decir del viento, del agua, de la tierra, serán iguales entre sí, su presencia es desconocida para mí, habrá alguna forma en la que yo me pueda comunicar con ellos?


Constantemente repaso lo poco que sé sobre la historia de mi país, de mi gente, de mí, a menudo pienso que nada de lo que veo puede ser, a veces me sorprendo de poder apreciar cada paraje desde distinto lugar, en otras ocasiones siento que nada de lo que parece ser, termina siendo, incluso siento que tal vez no está perdido todo lo que pienso, pero la verdad es que, no hay verdad de nada, parece que mis pensamientos son producto de una bola de constructos anteriores que me hacen imaginarme cosas, sentir cosas, parafrasear cosas, "algos" que de repente se me presentan con tanta espontaneidad que mis capacidades cognitivas no pueden comprender. 


Pero el asunto es que sin tantos constructos no pudiera entender una realidad, la que los demás me han enseñado a ver, al mismo tiempo que no hay un proceso claro sobre cómo adquirí ese saber sobre la supuesta realidad, sin embargo, entre menos les hago caso, más me siento conectada a una parte de mí, que está más al pendiente de la sintonía de un equilibrio interno, entre más escucho a mis aprendizajes, menos entiendo cómo puede surgir el cambio. Y por eso mismo, no hallo la forma de poder sentir al sol, al agua, a esta Tierra, esta división entre todo lo que me rodea, me hace pensar que aún no existe lugar para la felicidad, cuando todo lo tienes que ver por separado. ¡qué fácil sería decir, conozco al MANEGUAGUA, como si fuera el mundo entero, que no tuviera que explicarme lo que en él conforma, si tan sólo lo entendiera, porque quizá sólo actuaría según lo sintiera!


Yo tal vez no sería una ignorante de mi existencia y no la vería como única y compleja, sino como un conjunto, quizá así no lastimaría mi conciencia con preguntas sobre cada célula, más bien ayudaría a su crecimiento....ASÍ QUE, ESTO ES LO QUE HOY PIENSO QUE SOY.
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