viernes, 15 de noviembre de 2013

HABLANDO DE COSAS

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Hablando de cosas…. 

Me encuentro sentada hoy en un starbucks, en medio del bullicio mental y también externo, con muchas personas a mi alrededor, las mujeres con sus grandes bolsas, maquillaje demasiado detallado y los hombres perfumados, recién bañados, mientras yo sigo pensando: “¡qué shit!

Algunos más interesados me miran escribiendo, pese a las condiciones de ruido, para otros soy una perfecta desconocida, este representa un excelente reto para mí, pues regularmente me gustan los lugares solitarios, pero justo hoy es imposible encontrar algo así, menos en una plaza comercial, como si pasar a tomar un café helado es el premio después de ir por las compras tan esperadas…¡Qué risa, ni siquiera puedo escuchar música relajada, mi computadora trae música que imprime alegría y también eso representa un reto, pues me he puesto los audífonos para evitar escuchar conversaciones ajenas a lado mío hay un par de chicas medianamente jóvenes, una de ellas mucho más joven que la otra… pero su tema son las mujeres intrigosas, aquellas que les gusta entrometerse en las relaciones de pareja de aparenta estabilidad… "A mí también me dieron celos de Jeanette”. 

Este escrito tenía la intención inicial de ser un relato de todos mis pensamientos, de aquellos que han atormentado a mi mente, incluso tenía la iniciativa de hacer el intento de desnudar esa parte mía nada trabajada, esa que tiene miedo de muchas situaciones, aquella que no pierde la oportunidad para ensartarse en un círculo por demás obsesivo sobre la vida y la muerte, el miedo a perder y la alegría de tener…y tanto calor humano, ese que no parece nada grato por el exceso de poses corporales, por el exceso de bienes materiales, por el exceso de maquillajes, aromas entre café y perfume de mujer…safados días son los míos cuando veo mi soledad en medio de tanta compañía.

Pero en este momento, cuando incluso los minutos de escritura son contados, mis pensamientos se aferran a dejar de caminar, de vagar por todos los rincones de mis resquicios humanos, mis atrocidades mentales, mis ilógicas formas de sólo sentir y nada pensar…¿quién se imaginó que cuando pasara de los 20’s a los 30’s el agobio llegaría, el momento pospuesto de tomar una decisión, cobraría sentido, tendría quizá una hora y un lugar: “¿Qué voy a hacer con mi vida?”.

(guardo un silencio, miro a mi alrededor y me pregunto nuevamente…respiro, inhalo la nueva mezcla de perfume que hay, y me pasa por la mente levantarme, seguir el rastro y una vez hallado a las personas causantes de esa mezcla de olores, solicitar me informen del nombre y buscar la fragancia, pues me inunda de imágenes sofisticadas, tacones, bolsas, colores deslumbrantes frente a las luces, con tonalidades bajas, mezcla de colores cafés que acompañan al espectáculo de no decir nada, no hacer nada, sólo vagar y seguir vagando entre ideas y más ideas)

Un gran respiro, más ideas pero un regreso a una realidad, aquella que se impone como una lluvia que no pregunta cuándo caerá, sólo amenaza con aceptarla y tomar una decisión; “dónde estar cuando caiga o qué usar para no mojar el cuerpo y las ropas”.

¡Quién me pregunta si seré madre, quién me pregunta si seguiré siendo maestra en un bachillerato, en una universidad, si aún deseo ese juego de ser esposa, nuera, cuñada, amiga, concuña! NADIE PREGUNTA, sólo se pasea ese pensamiento como si fuera esa lluvia que sé no la quiero ver, pero que parece que también sé que existe por alguna razón. Y observando a todas estas mujeres, blancas, morenas, delineadas en sus ojos, sostenidas de sus grandes zapatillas puntiagudas, con el torso erguido, el perfume escandaloso, el bolso enorme y el teléfono en la mano, me imagino una respuesta: “¿Por qué no ser una mujer femenina, ostentosa, delicada, delgada, con curvas únicas, sostenida por la altura de unas zapatillas que la haga ver una verdadera dama, trepada, en quién sabe qué ideal, uno imaginado, formado a consciencia o sin consciencia…¡Vaya no soy esa típica mujer, ni siquiera encuentro un espejo para mirarme a gusto, frente a las zapatillas y lo que ellas representan, tampoco en el juego dinámico de intercambio de guisados, tampoco sé a dónde me llevará mi relación formal con mi pareja, ni lo que aceptaré hacer o propondré hacer en ella. 

Hoy después de que el tiempo ha calmado ansiedades, me ha mostrado realidades, mi trabajo me ha absorbido, mis tiempos de ocio han terminado, la realidad laboral se volvió a imponer sobre mi intensa búsqueda por una vida relajada, una vida de total indisciplina, de locura mental y de querer permanecer en la vía media, ni viva ni muerta. 

Un par de hombres maduros a mi lado izquierdo, hablando de no sé qué, con audífonos cada uno pero interactuando de forma intrépida, mirando a las mujeres e impresionándose por la conducta de las mimas, han llamado mi atención, ¡Esa bendita especie que me hace preguntarme quién soy!, sería más fácil contestar quiénes son ellos, grotescos, nada finos, peludos, con la piel gruesa, las arrugas dan esa impresión, su vestimenta negra, como uniformados, no se ve en dónde trabajen, tampoco se ven con muchas bolsas de compra, sólo se ven raros, como los hombres de negro. 

Y…”alegrías tuve para dar, no creas que siempre fui así, alegrías tuve para dar, no creas que siempre fui así”, y las mujeres llegando con sus compras hechas, haciendo parada en el starbucks, para descansar sus pies. Se vacía este local y otra vez se vuelve a llenar, chicas van y vienen con sus celulares en mano, sus cabelleras largas, pantalones ajustados, cabellos pintados de rubio, sorpresa, un mundo diría “fresa”, pero…¿qué hace que esas chicas sean así?, ¿a caso se preguntarán quiénes son?, ¿qué querrán ser cuando sean más grandes?, no quisiera hacerme más preguntas sino tener más respuestas. Creo que cerraré este escrito con algún pensamiento a mis queridas tantas modelos para ser mujer: 

No descubres quién eres cuando describes quién eres, ni tampoco hay seguridad de lo que serás cuando aún no lo eres, pero, parece más fácil que otros te digan cómo eres y que descubran por qué eres tan genial, que eso será el mejor valor para seguir siendo como los demás creen que eres, pero la REALIDAD DE LA EXISTENCIA, nadie la sabe, ni la tiene, sólo la vive día a día en el disfraz que haya escogido para el día.

FELIZ NOCHE A MI MENTE. 



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